Aries se inicia el 21 de marzo hasta el 20 de abril.

MITOLOGÍA

Existe un mito vinculado con Aries: el de Jasón y el vellocino de oro. De acuerdo con el relato, Jasón no pudo gobernar porque su tío le robó el trono. Su tío le dijo que sólo podría volver a reinar si encontraba y traía la piel de un carnero alado llamado Crisómalo. Se trataba de un reto muy difícil y su tío confiaba en que Jasón moriría en el intento. Jasón no se lo pensó dos veces y se lanzó a la aventura. Hizo amistad con los argonautas, los lideró hasta que encontraron al vellocino y por último, recuperó su trono. La piel de aquel carnero -el vellocino de oro- se convirtió en la constelación de Aries.
De este mito extraemos que Aries nace con un potencial -el trono al rey- que sin embargo le es arrebatado. Normalmente la figura que representa al usurpador del trono es el padre del nativo. A menudo el ariano tiene que pasar por un periodo en el que se lleva muy mal con su padre, como si éste le robara, coartara o impusiera la identidad. Además de enfrentarse contra el padre, también necesitará salir del núcleo familiar, vivir sus propias aventuras y peligros, conocer amistades a las que liderar y hasta localizar finalmente su propio vellocino de oro. Este mito se repite sin fin, incluso si Aries siempre llevó bien con el padre o más adelante se reconcilió con él. Así, gran parte de su vida girará en torno a esta lucha tan personal: por descubrirse, por llegar a ser, por impedir a toda costa que los otros le roben su autonomía e identidad. De hecho, no es que a Aries le interese mandar, pero como no soporta estar bajo la voluntad de otros, termina colocándose en posiciones de poder.

SÍMBOLOGÍA

El carnero. En el zodiaco hay que establecer un punto de partida, un chispazo, un rayo, un detonante, un inicio… y ese punto del mandala lo representa Aries.
Aries pertenece a la triplicidad de fuego, con cualidad cardinal y polaridad masculina. El fuego representa la voluntad, los ideales, la necesidad de autonomía y de autoafirmación. La cardinalidad de Aries nos remite al liderazgo, a su iniciativa y a la búsqueda continua de objetivos. De la polaridad masculina inferimos extroversión, acción y más dinamismo.
Aries constituye un arquetipo muy puro, primitivo, sin matices ni recovecos, ni intenciones ocultas. Directo y sincero. A veces hasta ingenuo.
Dentro de la rueda del zodiaco, Piscis le precede, con su caos, disolución, contacto con lo divino. En el signo de los peces se perdieron todas las formas y nos sumergimos en el universo de las posibilidades, una especie de útero cósmico donde el alma duerme apacible, soñadora y a la espera.
Para salir de este estado pisciano tan placentero hace falta un arrebato de energía muy brusco, como el de un parto. Y esta es la vibración típica de Aries, que se reconoce diferente del resto de posibilidades, despierta con violencia, sale fuera y expresa su deseo. De ahí que estos nativos tengan fama de temperamentales.
Siguiendo con la rueda del zodiaco, Aries se pasa el tiempo tratando de imponer su voluntad mientras que su opuesto, Libra, se debate buscando el equilibrio con el otro. Así, Aries busca la independencia y Libra no es nadie sin un socio, un compañero o una media naranja. De todas formas, como todo signo de fuego y a pesar de su carácter bruto, falto de tacto y poco dado a los sentimentalismos, es un arquetipo idealista muy romántico.
El regente de Aries es Marte, conocido como el planeta rojo al que los antiguos consideraban el maléfico menor por sus efectos destructivos. En la mitología romana, Marte -y su equivalente Ares, de la tradición griega- representaba al dios de la guerra. Cruel, impositivo y caprichoso, sin embargo, preservaba el ánimo y otorgaba la energía y el coraje necesarios para vencer en la batalla.
Simboliza la juventud, los inicios, la primavera, la mañana, la iniciativa, la autoridad, la valentía y todo aquello que implique fuerza y/o violencia. El Yo, la dictadura.

RASGOS PSICOLÓGICOS

Aries representa el comienzo de todos los ciclos planetarios, y marca un punto de inflexión porque está asociado al nacimiento.
Aries es primitivo en el sentido de ser el primero en hacer algo, más que en el sentido de ser burdo o tosco. Puede ser algo rudimentario porque su energía aún no tiene una intención o aplicación definidas. Su impulso básico es llegar a ser lo que es, pero que aún no puede ser lo que en realidad podría. Es un signo de mucha voluntad, pero con dificultad para estabilizar esa voluntad, porque su intención cambia muy rápidamente. Así, lo que hoy quiere puede que no lo desee mañana.
Aries es un principio masculino, es pura energía yang, por lo que necesita fertilizar de algún modo y dejar su impronta. Para poder encontrar algo que fertilizar, sin embargo, debe aprender a adaptarse a la presencia, las presiones y necesidades de otros, cosa que no suele hacer. Es por ello que en muchos casos se le considera bastante asocial, o incluso antisocial.
Cuando se relaciona con los demás, le gusta ser el líder. Pero lo que le interesa no es realmente dominar a otros, sino simplemente hacer lo que quiere sin que los demás le tengan que plantear exigencias.
Como lo que quiere es llegar a ser quien es, necesita poco respaldo social para actuar, lo que le capacita para ser quien sienta precedentes o el que abre caminos. Siempre que los demás le dejen actuar como desee, a Aries no le preocupa demasiado la validación de otros. Actúa sin miedo de que su acción no sea razonable, práctica, prudente o eficaz, siempre que esa acción sea en realidad una expresión de sí mismo.
Aries es fuego y energía extravertida, lo que explica que sea, por ejemplo, mejor conversador que oyente. No se le suelen dar bien las demostraciones de afecto, aunque sí cuando se trata de demostrar entusiasmo, hacerse valer o encolerizarse. Sin embargo, su cólera suele ser de corta duración, y alimentar resentimientos no es propio de este signo.
Es muy impaciente, y le faltan persistencia y resistencia. Su estilo es el de llevar adelante golpes ligeros y frecuentes más que un ataque firme y sostenido. Sin embargo, su nivel de energía puede ser lo suficientemente fuerte como para lograr con un solo impacto el equivalente a mucho esfuerzo.
Tiene mala disposición a comprometerse en engaños y falsedades, porque lo que le interesa es ser fiel a sí mismo.
Aries se autodescubre mientras compite contra los demás. Disfruta siendo el primero y le encanta ponerse a prueba con retos, obstáculos, desafíos. Se trata de un arquetipo muy valiente, intuitivo, de reflejos ultrarrápidos, entusiasmo contagioso y vitalidad. Pero también puede tener un carácter dominante, mostrarse muy violento, temerario y extremadamente egoísta.
Si bien su regente, Marte, le otorga una excelente voluntad, le falla la perseverancia y la resistencia: empieza de todo, nunca le falta una meta que perseguir, pero le cuesta mantener la energía a largo plazo. Lo suyo son los golpes rápidos y los sprints, pero ni hablar de una maratón.
Espontáneos, directos e infantiles, a veces, al expresarse pueden meter bastante la pata y no por maldad. De hecho, peca de inocente. Se dice también que no es un signo que guarde rencores. Aunque se cabreen mucho, el enfado les dura poco.
Aries tiene que ver con los inicios y los liderazgos. A menudo coincide con el primogénito de la familia, el que viene a abrir el camino entre los padres y el resto de hermanos.
Es signo de juventud y como tal, rápido. Empieza con gran ímpetu las cosas. Situación que en más de una ocasión le impide el triunfo. De llegar a conseguir sus esperanzas y triunfar debe hacerlo antes de los 40 años, es decir, en plena juventud, ya que pasada esta edad pierde una gran parte de su ímpetu y le resta energía para triunfar.
Es signo de iniciativa, de creación, siempre inicia las cosas y nunca es continuador de las de los demás. El negocio lo crea él, nunca es continuador del de sus padres.
No es signo que se guarde nada para sí, tiene necesidad de exteriorizar todo.
Tiene muy acentuadas las características de autoafirmación, energía y acción.
Las personas de este signo necesitan realizar sus ideas y sus deseos de forma rápida. Son muy impacientes.
Son personas con un gran entusiasmo y una gran fe en sí mismos, cosa que les ayuda a lograr aquello que desean, aunque las condiciones sean adversas.
Viven intensamente el presente.
Poseen una mente brillante y ágil, necesitan estímulos constantes y estar siempre en movimiento.
Siempre son los primeros: los primeros en pensar una idea, los primeros en llevarla a cabo, los primeros en enamorarse, en pagar…
La monotonía les aburre, necesitan la aventura, las sorpresas, sentirse estimulados en todos los aspectos de vida tanto a nivel profesional como a nivel de pareja.
Es muy activo y violento. Aries rige las luchas, las peleas, heridas, operaciones, cortes y pinchazos, así como las herramientas cortantes. Es característico de Aries, tener una cicatriz en la cabeza.
El querer ser el número uno en todas las cosas y circunstancias de la vida, les puede hacer intolerables para las personas que le rodean.
La impaciencia es uno de sus peores enemigos, y a veces les impide llevar a término sus objetivos.
Su gran cantidad de energía mal canalizada les puede hacer nerviosos e irritables.
Orgullosos, agresivos e inconstantes. Pero igual que se enfadan se les pasa, no suelen ser rencorosos.

ASPECTOS POSITIVOS

Entusiasmo, energía, nobleza, franqueza, entrega, iniciativa, valentía, actividad, confianza en sí mismos, independencia, dotes de mando, capacidad para tomar decisiones rápidas.

ASPECTOS NEGATIVOS

Impaciencia, precipitación, inconstancia, agresividad, impulsividad, temeridad, ataques de cólera, egoísmo.

ARIES FAMOSOS

Carlomagno, Leonardo Da Vinci, Van Gogh, Paul Verlaine, Lady Gaga, Quentin Tarantino, Akira Kurosawa, Alejandro Amenábar, Francis Ford Coppola, Ronaldinho, Roberto Carlos, Jennifer Capriati, Ayrton Senna, Aretha Franklin, Diana Ross, Elton John, Jackie Chan, Eddie Murphy, Marlon Brando, Chaplin, Steve McQueen, Emma Watson, Doris Day, Joan Crawford, Bette Davis, Milan Kundera, Marguerite Duras y Mario Vargas Llosa.